Don Francisco Ponsa Brell se casa con Doña Teresa Casajuana Serra (1839-1907), que fue pieza clave para la evolución de este negocio: se pasa de trabajar para otros a trabajar por cuenta propia.
Durante esta etapa, con Teresa Casajuana al frente, la empresa se consolida y moderniza:
- Se construye un edificio-fábrica propio.
- Se mecanizan los telares mediante energía eléctrica, y lo más importante: tejiendo y vendiendo su propia producción.
Su hijo Francisco Ponsa Casajuana (1865-1926) se encargará, pasados los años, de la explotación del negocio. Tuvo un único hijo Juan Ponsa Llauradó (1898-1977).